miércoles, mayo 30, 2007

El suéter nuevo del profesor.


Íbamos Juan Manuel y yo en busca de Climent, nuestro profesor de la materia equis. Un tipo joven, en los treintas, con todas las intenciones de ser "el profe cool" para sus alumnos. Necesitábamos solicitarle una prórroga para la entrega de cierta tarea. Lo avistamos a unos veinte metros, cerca de la cafetería de la escuela ye y lo alcanzamos justo frente a la puerta.

Ya frente a él, nos percatamos de su atuendo. Llamaba especialemnte la atención un suéter azul como de lana demasiado, demasiado ajustado y, debajo del cual no traía nada más o, mejor dicho, no podía traer nada más. El filo de la cintura de dicha prenda se esforzaba por mantenerse en contacto con el filo de la cintura del pantalón. Afortunadamente Climent es más bien flaco, pero aun así uno esperaba ver su ombligo asomarse, en cualquier momento, por entre el pantalón y el suéter.

Bla-bla-bla... bla-bla-bla... No nos concedió la prórroga y además se veía muy apurado. "Bueno, gracias de todos modos. Traemos la tarea el lunes", nos vimos obligados a ceder. "Ok, chavos, en eso quedamos pues" nos respondió. Y luego "bueno, ya me voy, antes que se encoja más esta madre." Y se marchó con cierto aire de dignidad. Y a lo lejos se veía la figura de un hombre delgado, con un suéter azul de lana embarrado al torso, caminando con excesivo donaire, la espalda echada hacia atrás, el braceo pomposo y con los codos flexionados, haciéndose más y más pequeño conforme se alejaba y..... tirando "discretamente", cada tres o cuatro pasos, de la cintura del suéter para mantenerlo en su lugar.

Juan Manuel y yo nos quedamos mirando aquella figura desaparecer entre la comunidad escolar. Volteamos a vernos y... nos cagamos de la risa por tan divertido espectáculo.

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