miércoles, mayo 30, 2007

El suéter nuevo del profesor.


Íbamos Juan Manuel y yo en busca de Climent, nuestro profesor de la materia equis. Un tipo joven, en los treintas, con todas las intenciones de ser "el profe cool" para sus alumnos. Necesitábamos solicitarle una prórroga para la entrega de cierta tarea. Lo avistamos a unos veinte metros, cerca de la cafetería de la escuela ye y lo alcanzamos justo frente a la puerta.

Ya frente a él, nos percatamos de su atuendo. Llamaba especialemnte la atención un suéter azul como de lana demasiado, demasiado ajustado y, debajo del cual no traía nada más o, mejor dicho, no podía traer nada más. El filo de la cintura de dicha prenda se esforzaba por mantenerse en contacto con el filo de la cintura del pantalón. Afortunadamente Climent es más bien flaco, pero aun así uno esperaba ver su ombligo asomarse, en cualquier momento, por entre el pantalón y el suéter.

Bla-bla-bla... bla-bla-bla... No nos concedió la prórroga y además se veía muy apurado. "Bueno, gracias de todos modos. Traemos la tarea el lunes", nos vimos obligados a ceder. "Ok, chavos, en eso quedamos pues" nos respondió. Y luego "bueno, ya me voy, antes que se encoja más esta madre." Y se marchó con cierto aire de dignidad. Y a lo lejos se veía la figura de un hombre delgado, con un suéter azul de lana embarrado al torso, caminando con excesivo donaire, la espalda echada hacia atrás, el braceo pomposo y con los codos flexionados, haciéndose más y más pequeño conforme se alejaba y..... tirando "discretamente", cada tres o cuatro pasos, de la cintura del suéter para mantenerlo en su lugar.

Juan Manuel y yo nos quedamos mirando aquella figura desaparecer entre la comunidad escolar. Volteamos a vernos y... nos cagamos de la risa por tan divertido espectáculo.

sábado, mayo 26, 2007

A short tale about time.

Me gustaría saber qué es el tiempo. Porque estoy convencido que es algo en sí mismo y no sólo una simple relación entre eventos que, como tales, pudieran tener "más derecho" a ser. Los cosmólogos dicen que el tiempo comenzó con el Big Bang. La última vez que le pregunté a Stephen Hawking me comentó acerca de la posibilidad de que el universo estuviere sometido a una serie de "contracciones". Un Big Crunch algunos cientos de miles de millones de años después de cada Big Bang y vuelta a empezar. ¿Y esa serie de contracciones habría tenido un origen, un primerísimo BIG BANG? Ésa fue mi duda, pero también la suya así que me quedé igual.



Semejante alucinada sospecha científica, sin embargo, no me desconcierta. Ni siquiera opaca la terrible curiosidad que siento por la naturaleza del tiempo. Lo que sí me sorprende es cómo los físicos utilizan al tiempo con tanta irreverencia. No es sólo que crean que lo conocen sino que su concepto de tiempo es el que nos ha dictado a todos el sentido común. Lo incorporan a sus teorías como algo dado. Es un ingrediente imprescindible pero... secreto. Tanto que... bueno, you know. Cierto, a partir de Einstein el tiempo ya no es lo que solía ser pero, ¿qué fue lo único en que cambió? En que ahora, junto con el espacio (del cual también hace falta hablar muy seriamente, pero en otra ocasión) éste se puede estirar y contraer. Big deal! Ok, no tenemos ni puta idea de lo que es el tiempo pero mis ecuaciones dicen que no es rígido como habíamos pensado.



Quizá sienta más respeto por otra clase de físicos, los que están más metidos en cuestiones de termodinámica, tratando de encontrar el fundamento de lo que ellos mismos han llamado "la flecha del tiempo". ¡Guau! Por lo menos ellos tienen la humildad de admitir que en la mayoría de las leyes físicas el tiempo bien podría correr en sentido contrario y... ¡no habría ningún problema! Servirían para desribir un "mundo alrevés". Sin embargo, continúan en su razonamiento, no es esto lo que vemos que suceda. No vemos (el típico ejemplo) pedazos de taza esparcidos por el suelo y que, espontáneamente, se incorporen y se ensamblen sobre una mesa hasta formar una taza íntegra. Eso es, concluyen, una señal inequívoca de que el tiempo tiene una dirección y toda la física debe reformularse bajo esa dura evidencia.



¿Qué puedo decir? Tienen razón: toda la física debe reformularse. Pero eso de que no vemos que las cosas pasen alrevés, bueeeno. Yo pensaría que el hecho de estar inmersos en la misma sustancia (tiempo) que esos pedazos que, ¡maldita sea!, se rehúsan a reconfigurar la taza nos impide "ver" cuanta cosa extraña puediese estar sucediendo "dentro". Si alguna vez hubo una taza rota reconstruyéndose, yo pensaría que todo el universo se habría movido "en reversa" junto con ella y por lo tanto nadie lo habrá notado. Y si alguna vez me topo con una taza en plena reconstrucción espontánea, no concluiría que el tiempo estuviese corriendo localmente hacia atrás. No digo que vayan por mal camino, simplemente pienso que les hace falta más audacia.


La intuición me dice que el tiempo es algo muy distinto de eso que el sentido común nos da a entender. La imaginación me hace pensar que la ciencia del tiempo verá la luz algún día. Que no será la física la que logre adjudicársela como una de sus ramas sino alrevés. Los conceptos fundamentales de la ciencia del tiempo se asemejarán más a posibilidad, coherencia, paradoja y recursividad, que a partícula, spin, carga y energía. La causalidad, quizá ya un tanto vapuleada, será por fin desterrada del acervo científico para incorporarse al histórico. Los viajes en el tiempo serán posibles y todas las preguntas que la ciencia ficción ha planteado y procurado responder serán satisfactoriamente contestadas. Pero lo realmente maravilloso serán las nuevas preguntas que la curiosidad humana podrá plantearse.


I wish I could travel through time. Somehow I feel I don't belong here.

miércoles, mayo 23, 2007

¿Dónde está Wally?


Este es un juego en el que, al interior del post ¿Sinceridad o sincericidio? algunos argumentos se hallan ocultos detrás de otros. El autor, conocido como SEXOLOGO, me ha pedido amablemente que encuentre uno en particular, a saber: "los demás saben mejor qué es lo que uno mismo debe conocer o ignorar".

He aquí el procedimiento mediante el cual he dado con esta especie de Wally argumental:

1. "La infidelidad no hace daño, lo que hace daño es saberlo." (SEXOLOGO)
2. "Un síntoma de madurez es saber prever las consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos." (SEXOLOGO)
3. "Mentir no siempre es malo, dependerá de las consecuencias que tenga esa mentira." (SEXOLOGO)
4. "La pauta de actuación debería ser siempre hacer el menor daño posible, tanto a uno mismo como a los demás." (SEXOLOGO)
5. El imperativo categórico expuesto en 4 exige a toda persona comportarse de tal modo que minimice el daño de sus actos.
6. De 3 se sigue que la mentira puede ser una herramienta para el control de daños, dado que la mentira no es mala en sí misma sino que tal juicio depende de las consecuencias que aquélla tenga.
7. Pero entonces, ¿quién decide, en 3, si las consecuencias eximen al mentiroso? La respuesta la da SEXOLOGO en 2: todo individuo maduro. Pues, en efecto, una de sus facultades como tal es discernir si las consecuencias de una mentira dicha por él serán dañinas o benignas.
8. La mentira es una versión alterada, incompleta o totalmente distinta de la realidad, de lo que ha sido un hecho. Esto no lo explicita el texto, pero es un marco común de la cultura occidental (dentro de la que se circunscriben el texto y el autor mismos). Si fuese otro el caso habría una aclaración al respecto dentro del mismo texto. No hay tal.
9. En 1 se plantea un axioma que, en realidad es una particularización de este otro: "X no hace daño, lo que hace daño es saberlo." Nótese que tal afirmación (la original) ha sido planteada sin sustento alguno, por eso se trata de un axioma. Sin embargo, por 7, nos queda claro que toda persona madura sabrá sustituir X en el axioma generalizado por algún concepto que no anule su validez.


[Ahora todo es cuesta abajo.]


10. Supongamos que se tiene a un individuo maduro. Llamémosle JUAN.
11. Su comportamiento le presenta un dilema que involucra uno de esos conceptos X que podrían dañar a un tercero, digamos ANA.
12. Por 9, JUAN sabe que mientras ANA no se entere, no recibirá ningún daño.
13. Por 8, JUAN sabe que una mentira impediría que ANA supiera acerca de X.
14. Por 7 y 10, JUAN es capaz de reconocer que tiene derecho a mentir.
15. Por el imperativo categórico 4, que lo obliga a minimizar el daño causado a ANA, así como por 12 a 14, JUAN no sólo tiene el derecho sino, además la obligación de mentirle a ANA y lo hace.
16. De 8 y 15, se sigue que JUAN sabe mejor que ANA lo que a ésta le conviene o no saber. [Porque para tomar la misma decisión, acerca de lo que ella misma debería saber, ANA tendría que estar enterada de X. Pero eso le causaría un daño y no habría forma de impedirlo. Por lo tanto ella no puede saber qué es lo mejor para sí misma. Pero JUAN sí.]
17. Y todos somos JUAN cuando es nuestro el proceder con el dilema que involucra un concepto X. Y todos somos ANA cuando le toca a otra ser JUAN y a uno estar en posibilidad de ser dañado por los actos de éste.
18. Por lo tanto los demás saben mejor qué es lo que uno mismo debe conocer o ignorar.


Voilà. Mi estimado SEXOLOGO, ¿que dónde lo has dicho? Pues en TODO tu texto.

jueves, mayo 10, 2007

Li-te-ral-men-te

COMENTARIO de Chuck, en su programa in-d (exa TV), hace como un mes: "[...] y los que en su concierto pegaron literalmente con tubo, fueron los chavos de 'la banda X' [...]"

No se asusten, la banda era un exponente del incipiente género rockformance y para dicho concierto fueron contratados cinco dobles, entrenados especialmente para recibir tubazos. Además, los integrantes de la banda recibieron un adiestramiento de quince horas para dominar la técnica de "madrear sin lastimar". Sin embargo, la fascinación de su público ha hecho considerar a los miembros de 'la banda X' la conveniencia de incrementar el realismo del show, llevarlo al siguiente nivel e interactuar directamente con los fans, agarrándolos a tubazos. "No queremos simplemente 'pegar con tubo', queremos ser auténticos" señaló 'Fulano-de-tal', líder de la banda.


FRAGMENTO de crónica de cierto Reportero Vial de Monitor, en esta semana: "[...] como se puede apreciar en las imágenes de Monitor MVS, el automóvil quedó, literalmente, abrazando el poste [...]"

Se trataba de un prototipo de lo que iba a ser el primer automóvil cien por ciento mexicano. Desafortunadamente, el accidente en que éste se vio involucrado, pero muy especialmente la difusión del mismo, desencadenaron el paro de la producción del que hubiese sido el primer automóvil con brazos en el mundo. Los ingenieros de la compañía armadora han aducido que el accidente no ha venido sino a confirmar las cualidades del vehículo. "En caso de choque, nuestros automóviles abrazarán el objeto colisionado y, de esta manera, evitarán que éste se convierta a su vez en proyectil secundario que ponga en peligro la integridad física de terceros o inclusive cuartos [sic]" declaró el gerente de diseño de la compañía.

domingo, mayo 06, 2007

"With a little help from my friend"



Esta noche, al llegar a mi casa, descubrí un paquete de salchichas en el piso, debajo de la silla de la computadora. Estaba vacío y, por supuesto, no tenía nada qué hacer allí. Sólo había una explicación posible: Oliver debía haberlo sacado de la basura. Mmmh... quizás aquí convenga una breve explicación.

Oliver es un cannis familiaris que se incorporó a mi vida hace casi siete años. Desde entonces ha destrozado algunos pares de zapatos y pantuflas, tres o cuatro fotografías, una docena de periódicos, ha organizado unos treinta reventones unitarios y apocalípticos estando solo en la casa, se ha cagado en los lugares más inapropiados y en los momentos más inoportunos y nos ha acostumbrado a la incesante labor de recoger sus pelos, distribuidos meticulosamente por todos los rincones de la casa. Poniéndolo en la balanza, todo lo anterior es insignificante junto a lo adorable que este hijo de perra es. Finalmente, todos estos años, Oliver ha sido mi más fiel compañero, mi amigo incondicional y una criatura tiernísima de esas que dan ganas de estrujar con manos, brazos y pecho.

Pues, como decía... Oliver debió tomar de la basura aquel paquete de salchichas, cosa que estuvo muy mal y no podía dejarse pasar por alto, ni siquiera al perrito más encantador del mundo; así que decidí reprenderlo. "¡Oliver! ¿Qué hace esto aquí?" le dije, con el tono de enojo más falso posible, mientras recogía del piso el cuerpo del delito. Él, absolutamente inocente en un sentido pero no en el otro, se tragó por completo mi pésima pero intencionada interpretación del papá regañón. Bajó la cabeza y apartó de mí la mirada. "¡Ven acá!" Se hizo más chaparro de lo que los cocker spaniel ingleses suelen ser, ¡estaba en problemas! "¡Ven acá, te digo!" Más que irónico, es muuuy cagado ver a un perro pretendiendo escabullirse "a gatas". "¡No, no, no! ¡Ven acá, ándale!" Fuck! No tenía escapatoria. Se acercó, tan pegado al piso que no me habría sorprendido verlo reptar y, moviéndose tan despacio que preferí avanzar hacia él. That was it!, he was doomed. De plano se tiró al piso. Acerqué un pie mientras seguía recriminándolo. "¿Qué hiciste, Oliver?" Extendió una patita apoyándola en mi pie en busca de reconciliación, pero yo no estaba dispuesto a ceder. "¿De dónde salió esto?" y le acercaba la bolsa de salchichas para que la oliera, su crimen no quedaría impune. Se tiró de costado, persistía con una y otra patita en sus intentos conciliatorios. Arremetí, "¡Dime qué hacía esto debajo de la silla!" Llegando al límite de la salud mental canina, en aquel sádico juego psicológico, Oliver se volteó boca arriba, como cuando los perros que sí están entrenados hacen "el muertito". Las patitas dobladas a los costados de su pechito fueron demasiado para mí. Me venció. Quienes han visto al gato con botas de Shrek entenderán lo que sucedió.

En estos momentos, Oliver yace pacíficamente dormido en uno de los sofás. El incidente del paquete de salchichas ha quedado atrás. No me guarda rencor por ser tan duro con él ni yo a él por sus travesuras. Seguimos siendo los mejores amigos..... Si tan solo pudiera arreglarse así las cosas entre los hombres.